viernes, 17 de diciembre de 2010

El barrio

Lástima arroja mi alma
Al ver el reflejo de sus ojos

Lágrimas caen de mis ojos
Al pensar en el fondo de su alma

Las noches de verano en las calles
Quedaron en recuerdo de niños muertos
Ahora vagan cadáveres entre las sombras
Buscando un rincón donde permanecer quietos

Son tantas las imágenes que lanzaría al fuego de mi memoria
Que parece difícil encontrar una razón para velar esta causa
Pero son fuertes los recuerdos infantiles de la que fue mi casa
Y no puedo olvidarme de los pocos retales por los que un día moría

Las mentes cambian,
Los cuerpos se perturban.
La brisa del barrio seca sus lágrimas
Pero la herida interna en sus corazones
Deja con el tiempo inertes seres y nada más

Papá se emborrachaba,
Más tarde te pegaba.
Y tú te defendías marcando en la calle tus palmas
En de los niños vivos sus caras

Tan solo la caricia de una vulgar dama
Conseguía en ti la sonrisa tan deseada
Pero con los años esta preciosa diva
Se ha convertido en la desesperación de tu alma esclava

Historias de la calle, de barrios peligrosos
¡Cuidado con esos chicos!, chicos ligados al desprecio
Tan sólo con un beso, un solo beso y sólo eso
Y los chicos malos dejaran de ser futuros presos

Canto sin un final
Porque ninguno de estos chicos escuchará jamás mi cantar
Estos chicos murieron y ahora son muñecos de la sociedad

Viven al margen, es difícil verlos
La careta que te ofrecen impiden saberlo
Saber que en el fondo son chicos que se quedaron sin su beso

miércoles, 8 de diciembre de 2010

La luz de la laguna

Hace tiempo llegaron a mi vida la niebla y la amargura
Sin dejar sitio entre mis llantos para salida alguna
La noche se quedó sin su luna que la alumbra
La vida parecía un sin sentido sumergido en una laguna
De fondo negro en lodo que me esta atrapando
Desde el día en que de los cuervos escucho el canto
Pocos veranos han secado a penas las aguas que me ahogan
Tantos fueron los segundos en los que supliqué desaparecer
Que la vida perdió su sentido y yo he perdido mi forma de ser
Desde que esas divas, nubes de la noche, mi mente controlan
Razón de que mis alas no batan en el viento
Con el fin de escapar de este oscuro tormento
Tener un segundo de tu vida a cada sol nacido
Y poder compensar con ello todo lo sufrido
Porque si te pierdes entre el lodo me muero contigo,
Porque eres en esta laguna el único ser que sigue vivo
La única luz que siempre, siempre, me da el respiro
Temor de las divas y para mi alma el mayor alivio

Ven a jugar

Coge la mano que te tiendo
Ven a jugar conmigo y con la luna
Ven a bailar con las estrellas
y no sigas llorando por ellas

no hagas caso de las luces que te están mintiendo
sigue el camino de tu constelación hasta ser una
tú que eres doncella entre doncellas
conviértete en luz y haz maravillas

la sonrisa en el gesto
te ayudará a hacer esto
a romper la mampara
y salir de tu tormento

esa sonrisa que sea de tu felicidad el broche
porque eres demasiado luna para apagarte noche tras noche

¿Me quieres?, te quiero
¿me odias?, prefiero no hacerlo
pero sólo aquel que me quiere
conoce a mi ser verdadero

Tiempo atrás

¿quién va a decirle ahora a ese niño
que no existieron nunca la orilla ni el río?
Que todos los latidos quedaron en el intento
Y ni siquiera es cierto el cielo venido

Llorará el niño lágrimas de plata
Que arañarán sus ojos hasta destruirlos
Y si al llegar al precipicio salta
Será porque añoró un segundo lo perdido

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quiso escribir algo, pensó en rememorarlo
´´ dos años después ``, no supo continuar
pensó claramente en tener que olvidar
y pudo, como siempre, de su mente borrarlo

al poco después volvió la tormenta
y el agua despegó sus párpados,
cada vez más al suelo se acerca
cada vez más desde hace dos años

La sevillana

Cuerpo de mujer sevillana,
tus curvas conocen el secreto de mi alegría
latir mi alma siento al tocar tu piel de plata
desde siempre mi fiel amiga, de mis amores la más amada
curtida entre caricias del sevillano que le saca el arte y a Andalucía

Solo en mí

¡Luces!¡Resuenan las luces entre mis ojos y la oscuridad!
¿¡De donde vienen!?¿Qué es lo que han venido a buscar?
Luz de luciérnaga bailarina de la noche en su nocturnidad
Solamente vienen para molestarme en mi soledad

Solo cantando, casi vencido, pero esperanzado
Sólo busqué los momentos que siempre había guardado,
Y no los encontré

Entre ruinas y prados busqué el amor que perdí en mis sueños
Esa mirada que me promete quererme como a la luna eterna
Siempre he estado llorando por de esos sueños sus recuerdos
Y hoy me he dado cuenta de que es en realidad aun más bella

Si lo hubiese sabido habría eternizado la luna para no despertar
Pero entre sueños y pesadillas las alas de mi mente dejé escapar
Sin saber que sin volar mi mente seria carne para la leona
Que me hace vagar entre los vientos como una solitaria hoja

No siento pena en mis sentidos, tan sólo algo parecido a lo de siempre
Tan sólo cambia en este niño malherido, el que ya ni un querer anhele
Agarrando en un inútil abrazo su corazón congelado por el frío
Esperando a que la primavera vuelva y le ofrezca algo de cariño

Desahoga lo irregular

Salta!
El corazón estalla de emoción
Mis pupilas se llenan de nuevo de pasión
Por la sangre de mis venas dicen corre el rumor
De que vuelve a correr la sangre como si existiera el amor

¡Grita!
la garganta se desboca
no busco besos de otras bocas
ni romper los muros de dura roca
simplemente combatir la soga que me ahoga

¡Muévete!
Al compás de los vientos
Que toman su caprichosa dirección
Si vas en contra de ellos
Te sumirán en la desesperación

irregular como la vida misma,
irregular como el cálido sol
cada día de una forma distinta
amanece dentro de mi corazón

irregulares los colores que tiñen de sentimiento mi ser
hacen que algunas cosas no sean lo que quiere parecer
interesantes los vaivenes de mi alma y mi cabeza
que a ratos dejan el frío y recuperan la entereza

escoger el camino recto y no dejar de caminar
en dirección al precipicio y prepararse a saltar
para caer directo al vacío y poderme despertar
sabiendo que por piedras tenga el camino nunca dejaré de pisar

lunes, 15 de noviembre de 2010

La niña en el bosque


La niña abrió los ojos. El soplar de un viento invernal le golpeaba el costado haciéndole sentir un frío seco que congelaba todo su cuerpo. Se levantó del tronco en el que estaba sentada y observó que se encontraba en la cima de una extensa ladera. Tan larga era ésta que la niña era incapaz de verla completamente desde el sitio donde se encontraba. Los árboles del frondoso bosque que poblaba la zona no alcanzaban una gran altura, sin embargo, la niña veía las copas a una altura bastante considerable. Sin preocuparse por nada comenzó a caminar ladera abajo como si sus pies fuesen atraídos constantemente hacia el final de ésta. La senda que marcaba el camino había sido limpiada y trazada, seguramente, por algún leñador para acceder a las zonas más espesas y la niña podía aprovecharse de ello para caminar más cómodamente.
Conforme avanzaba, el frío disminuía lentamente y la humedad se hacia cada vez más densa. Comenzó entonces lo que parecía ser una leve tormenta y la niña tuvo que usar unas hojas como parapeto de la lluvia. Pero pasaba el tiempo y la lluvia era cada vez más intensa. Tanto fue así que las hojas quedaron destrozadas y la niña tuvo que hacer un gesto de esfuerzo y arrancar la corteza seca de un árbol como único escudo capaz de protegerla del agua. La tormenta se volvía más y más fuerte y el suelo era muy resbaladizo entre tantas hojas y piedras. Al pisar una rama la niña cayó y se deslizó unos metros por el suelo rompiendo la corteza de árbol que usaba de protección. Tumbada, levantó la cabeza y observó el destrozo en su escudo así como las magulladuras de sus piernas y brazos. En ese momento comenzó a llorar desconsoladamente. Lloraba de rabia e impotencia por tener que luchar tanto para caminar y ahora además en esas condiciones. Y cuando menos fuerzas tenía para continuar observó una flor en mitad de la frondosidad del bosque. Era naranja, llamativa, y lucía todo su esplendor entre las malas hierbas. Hacía horas que llovía, la niña estaba empapada. Sin embargo, aquel fue el momento más esperanzador en todo el camino desde que el cielo se había nublado. Estuvo un rato mirándola, quieta, posada frente a esas zarzas que dejaban ver tanta belleza escondida entre ellas. De forma enérgica se levantó, y sin perder de vista la flor le arrancó dos pétalos y se los guardó en el bolsillo. Y tras dejar escapar una dulce sonrisa en su rostro siguió caminando.
Poco a poco la lluvia fue aminorando, las nubes comenzaron a dejar pasar la luz del sol iluminando cada una de las gotas que colgaban, ya paradas y tranquilas, de las hojas y las ramas de los árboles. El sol secaba la humedad y la joven dejó de sentir el frío que venía sintiendo en el fondo de su cuerpo desde hacía tiempo. Ahora caminaba con seguridad, estaba convencida de que no volvería a tropezar, aunque la senda era más estrecha y estaba menos cuidada que en los tramos anteriores. A su paso se cruzó con un riachuelo, producto de las lluvias que habían caído, y decidió descansar para beber y lavarse la cara. Se agachó en la orilla y cogió agua con las manos, cuando vio su reflejo en el río se quedó ensimismada. Sus cabellos dorados e infantiles habían dejado paso a una melena rubia que lucía con gran esplendor. Sorprendida, la joven estuvo un tiempo observando la imagen reflejada en las aguas. No podía creerse muchas de las cosas que veía en ellas y, cuando lo conseguía, le parecían acertijos irresueltos, maravillas que la naturaleza colocaba explícitamente para ella. Tardó mucho tiempo en salir del estado de desconcierto que esto le producía. Tanto, que cuando quiso reincorporarse y seguir con el camino el calor había invadido todo el ambiente.
Comenzó a andar entre las plantas florecidas, los pinos verdes y los pájaros silvestres que alegraban la caminata con su alegre tono propio de los meses veraniegos. La senda estaba aun más destrozada que antes, pero la joven caminaba a paso firme impidiendo que sus pies se encallasen entre las rocas. Se paraba a admirar cada flor que encontraba entre los matorrales y recogía dos pétalos de cada una de ellas para después guardarlos en su bolsillo. Recordaba las formas de las ramas, las piedras y las hojas mientras caminaba, simplemente lo hacía como si fuese un instinto salido de su interior más profundo. De repente comenzó a observar unas extrañas huellas que se marcaban en la tierra. Aunque las había visto durante casi todo el camino, nunca se había parado a mirarlas. Eran huellas similares a las suyas, lo que significaba la presencia de más personas en aquel bosque. Comenzó a seguir el rastro de las pisadas desviándose incluso de su propio camino. El rastro se introducía en unos matorrales. La joven se acercó y los apartó para ver el rostro que tanto tiempo había permanecido a la sombra. Al verle dejó escapar un soplo de asombro entre sus labios que hizo que el joven, sentado en una roca, quedara también sorprendió por completo. Ambos se miraron durante unos segundos y ella finalmente decidió sentarse a su lado.
La luna asomaba entre las azules nubes de la noche y los dos seguían ahí, sentados, conversando, poniendo en común sus conocimientos aprendidos en el bosque. Al igual que la joven, él había despertado en aquella ladera y seguido un rumbo hacia el final de ésta. Encendió una hoguera con un poco de yesca que conservaba y ambos durmieron junto al fuego. En mitad de la noche ella despertó y observó como él dormía, y, arrastrada por la soledad que la rodeaba entre los árboles se abrazó al frío cuerpo, dándole calor. Cuando despertaron decidieron seguir juntos su camino, pues el lugar de llegada era el mismo. Acordaron una ruta escogiendo las mejores sendas del plan a seguir por cada uno de ellos, y caminaron de nuevo. Durante días el camino se hizo tranquilo y acogedor al lado del acompañante. La ruta parecía todavía más idónea que antes, el clima acompañaba a la situación y al resbalar entre las piedras siempre se tendía una mano dispuesta a recogerla.
Un día la mujer despertó y decidió darse un baño en un lago cercano a donde habían pasado la noche. No quiso despertarle y marchó sola. A su vuelta, el hombre ya no estaba. Nada hacía sospechar el lugar o el motivo de su escapada, lo único que aquella mujer tenía claro es que él no volvería. Aun así, decidió esperarle durante un tiempo, inútilmente. El hombre jamás regresó a ese lugar y ella terminó marchándose. Furiosa y decepcionada, tomó el camino que ella tenía previsto seguir desde el principio, para evitar también así el cruzarse de nuevo con el hombre. Caminó días seguidos sin descanso. Tenía la impresión de necesitar huir de algo. El calor veraniego había dejado paso a un viento húmedo que refrescaba el ambiente de una forma demasiado extrema para la zona. Salió la quinta luna consecutiva sin descansar y la mujer sacaba fuerzas de la nada para continuar. El frío y el cansancio habían hecho estragos en su piel y en sus fuerzas. Cuando las lágrimas no se le contenían en los ojos empezó a correr cada vez más y más rápido. Parecía querer secarlas con el viento que le golpeaba la cara. Tanto corrió que sin darse cuenta perdió el sentido del camino y comenzó a desplazarse en línea recta por en medio de árboles, matorrales y rocas. Terminó chocando con algo que se venció hacia atrás e hizo que cayera de espaldas. Al levantar la cabeza la mujer vio una silueta que caía al vacío por un precipicio y, al asomarse comprobó que se trataba del hombre. Colgaba malherido de una rama que se desprendía cada vez más de la pared. Antes de caer definitivamente al vacío, y mirando el rostro de la mujer, que lo observaba sin poder hacer nada, dijo: “ no podía dejar que saltases al precipicio por mi culpa”, y acto seguido desapareció entre la oscuridad del abismo. La mujer dejó caer dos lágrimas que recorrieron su cara hasta lanzarse al vacío con él. Y solo en el momento en que sonaron contra el fondo y el eco dejó escapar un murmullo líquido, se levantó y, tras meditar profundamente sobre las últimas palabras del hombre, volvió a caminar. Pasaron diez días hasta que volviera a marcar un paso en el suelo de aquella ladera. La amargura de todo lo ocurrido hasta el momento parecía contrastar con la belleza y la armonía que le brindaban las últimas hojas colgadas con sus tonos marrones y amarillentos. El calor se hacía cada vez más efímero en los días que transcurrían y el camino mostraba un final cada vez más evidente. Con el paso del tiempo la ladera abandonó su habitual inclinación para pasar a ser extrañamente más llana.
Poco después, una anciana recorría los pinares que precedían la ladera. Al salir de la espesura se sentó sobre un tronco caído. Una vez sentada, metió la mano al bolsillo y sacó cientos de pétalos de diferentes flores que había encontrado en el bosque a lo largo de todo el camino. Agotada pero satisfecha, melancólica pero feliz, se postró y no volvió a levantarse nunca más. Llegaba diciembre, la nieve caía en copos pequeños y suaves que se convertían en caricias para la anciana cuando levantaba el rostro al cielo. Se quedó unos minutos en esa postura, inmóvil, disfrutando de esas efímeras caricias que se derretían en sus pómulos y, de forma calmada, exhaló un último aliento de aire fresco y cerró sus ojos.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Muerto y frío

Consciente de poco, cansado de mucho
Como consecuencia de un pensar confuso
Todos los dolores y las amenazas
Despiertan un temblor en toda mi alma

Los versos rimados en esta canción
Ni siquiera imaginan cómo está mi corazón
Cada día siento en el pecho la presión
Hoy no provocada por el eco de un adiós

A tiempos camino hacia la alegría
Y a tiempos la muerte de mucho desearía
Pienso en si poeta no fuera qué pasaría
Por los yermos prados de mi galería

Será que me he rendido tras querer mi vida
O que todo tiene explicación en la sabiduría
Será todo aquello que lo juró, regresaría,
El pasado incierto que tanto me martiriza

Cierto es que me vuelvo cada día más enfermo
Y me cuesta más sonreír para no enfermarte a ti,
Y este hielo frío convierte mi ser en muerto
Alejándome del mundo que amé cuando conocí

Cuando recupero la cordura pienso
Seguro algún día me derretiré
Por la milagrosa obra de un te quiero
O por el calor que la vida me dé

Pero el frío aprieta y el calor tardará,

Si sigue tardando tanto a su vuelta poco quedará

Muere la belleza

Muere la belleza, ¡Muere!
La están matando y se va a marchar
Los pájaros siguen cantando
Pero su canto no es de libertad

Muchas de las gentes dicen
Tener en su vida libertad
Muy pocos se sugieren
Sin belleza insípida les será

Los niños no cantan, juegan ni bailan
Los niños hoy no crecen con tanta ignorancia
Los niños solo quieren dejar de ser niños,
Cuando sean adultos todo lo habrán perdido

Adultos en la calle que juegan a ser niños
Fríos, melancólicos, incapaces de soltar su alarido
Progresan y evolucionan para matarse entre ellos
Hace mucho olvidaron qué es el amor sincero

Tiempo atrás los niños corrían entre adultos
Haciéndoles niñez, firmando sus indultos
Hoy en día corren para obtener un sitio
En el podio de la carrera que los empujara al martirio

La diva

Diva en mente y cuerpo
Que cogiste la mano de un niño
Y ahora de ella cuelga un hombre yermo
Que solamente necesitó un poco de cariño

Para ti estas palabras, para ti los versos
Salidos desde mi alma para odiar tus besos
Adiós a mi ignorancia, adiós al falso cielo
Adiós a los latidos de un corazón ya muerto

El niño quería simplemente ser feliz
Se equivoco de manera y llego hasta aquí
Confundió placer y alegría, esmeralda y rubí
Ahora solo puede llorar lamentos desde la prisión en que lo vi

Creyó que la tenia en su mano, solo hasta conocer su lado de pecado
Creyó que a su vida ella añadiría algo, y paso a ser timonel sin barco
Muchos le advirtieron, a pocos hizo algo de caso
El camino humedecido siempre acaba siendo barro

Te mando este adiós aunque no es definitivo
No es ni la ultima ni la primera vez que te dedico
Versos de hierro, fortaleza, que sale de mis latidos
Porque me engañaste y no te creo, nunca te he creído

Tu olor no es celestial pero se me quedo grabado,
Hace tiempo, de pequeño, entre papel y cartón quemados
Desde entonces he buscado el amor que me faltó en tus brazos
sin saber que no encontraría nada de lo que estaba buscando

El secreto de las estrellas

Miro al infinito del cielo a puntos blancos estrellado
E imagino el sentido que tienen sus dibujos
Por pensar en esto miles de calvarios he pasado
Pero espero que de esos me queden muchos

A veces no entiendo que por querer entender
La luna y el sol de repente vivan al revés
Pero luego recuerdo que el nuevo amanecer
Trae muchas mas estrellas de las que ahora ves

A veces me acuerdo de tu amor y mi saber
Y repito con ganas una y otra vez
De los errores y del pasado hay que saber aprender

Miro al infinito cada día más bello y blanco
Y recuerdo con intriga las estrellas del pasado
Porque aunque ahora sea extraño el tanto saber tanto
Me queda por saber millones de veces lo averiguado

miércoles, 6 de octubre de 2010

La mampara

Despertó poco a poco, pero abrió los ojos rápidamente al ver donde se encontraba. Se levantó atónito, el sitio le resultaba algo familiar pero no entendía en absoluto que hacia ahí ni cómo había llegado. Estaba todo muy oscuro, cuando consiguió encender una luz observó cómo le rodeaba una mampara translucida que le impedía ver el exterior con claridad y que el exterior pudiera verlo a él del mismo modo. Asustado y confuso, el joven empezó a mirar a su alrededor buscando respuestas. Sentado en una esquina de la mampara, se encontraba otro joven con una postura que mostraba su cansancio y malestar. Se acercó lentamente para intentar obtener una respuesta:

- ¿Qué hacemos aquí?
- Podría darte miles de respuestas, todas serian aceptables pero ninguna completamente cierta
- ¿Por qué estamos encerrados?
- Porque no es tan fácil salir de aquí
- Y ¿Por qué una mampara y no barrotes?
- Porque entre los barrotes puede verse la realidad, nosotros somos incapaces de ello, en parte
- ¿En parte?
- Yo puedo ver una parte del exterior, pero no puedo decirte lo que veo, tienes que adivinarlo tú
- Me lo estas poniendo muy difícil y en realidad me basta con romper la mampara para ver el exterior
- Si lo haces, cada uno de los trozos en los que se divida rajaran tu piel y tu carne dejándote peor que ahora
- ¿Y qué debo hacer?
- Debes averiguar la manera adecuada de liberarnos
- Me basta con pedir ayuda al exterior

Comenzó así a gritar fuerte contra el cristal y a saltar y moverse para llamar la atención de la gente que pasaba por su lado, mas fue inútil. Al darse por vencido se dejó caer y quedó inmóvil ante el otro joven esperando otra ayuda

- Espero que hayas comprendido que solamente tú y yo podemos sacarte de aquí, pues para que alguien pudiese oírte desde fuera tendría que ser, pensar, y amar, como nosotros.

El joven empezó a llorar de rabia e impotencia, pero era un llanto muy debilitado. El otro individuo, que continuaba sentado en su esquina se dedico a observar el trozo exterior que podía ver ignorando a su compañero, tal y como hizo este el tiempo que pasaron en silencio.

Pasó el tiempo, el ahora preocupado joven volvió a reclamar ayuda

- Bueno, y ¿ahora qué?
- Ahora estas más calmado, puedes usar todo lo que tienes, reflexionarlo y actuar
- Pero, ¿Qué puedo hacer?
- Empieza buscando un motivo para recluirte aquí, como ya te he dicho hay miles, pero seguro que algunos destacan sobre los demás. Escríbelos en un papel, y escribe después Todas las reflexiones necesarias para encontrar algo que se acerque a una solución para nuestra situación. Cuando termines, verás que solo el roce de una esquina de ese papel es capaz de hacer un corte lo suficientemente limpio y grande como para escapar de aquí.

Hizo caso al joven y comprendió que así era, separó la mampara en dos partes sin hacer a penas fuerza y pudo observar, con claridad perfecta, como la gente giraba la cabeza hacia él mientras el cristal se acababa de abrir. Tendió la mano al joven, que se levanto por primera vez, y ambos abandonaron su prisión. De aquel lugar salió un joven sonriente que admiró de nuevo como nunca la luz del sol y las voces ajenas.

Frio

Cuando el suelo roza las estrellas
El cielo se oscurece
Y mi corazón se despeña

La sonrisa se vuelve una tormenta
La luz en mi decrece
Y pierdo la cabeza

Siento como crece
En mi una vida negra
Y solo muere a veces
Pues la lluvia la riega

Quiero ser, volando entre los vientos
Un ave libre, la voz sin sufrimiento
Quiero poder, mirar y sonreírte
Y poder ser feliz, no tener que mentirte

Si miras bien, veras aun a ese niño
En la orilla del río
Verás que aun sigue vivo
Pero sigue llorando
Lagrimas de frío

Frío el corazón, frío su alarido
Frío ganado por todo lo perdido
Frío en el alma, frío en el suspiro
Frío en la sonrisa, cada vez menos de niño

Si llega la tormenta y moja mis sentimientos
Quedara el alma enfriada llorando sus lamentos

Siempre tan a gusto

Si la vida te hace llorar muéstrale tu cara mas feliz
Si en vez de eso te acaricia mírala y vuelve a sonreír
Porque la moneda siempre tiene dos caras puestas
Solo hay que saber mirar la que a tus ojos parezca buena

Porque los baches sirven para coger impulso
Y los cortes para aprender a cerrar heridas
Porque no existe peor castigo en la vida
Que tener un alma por el dolor corrompida

Porque las rosas que pinchan tu suave piel
Con el paso de los días te pueden sorprender
Con el roce de sus pétalos en un amanecer
Porque en todo aguijón hay un poco de miel

Si la vida te ahoga despéjala con un grito
Cuando tire la soga piensa que es solo un mito
Que eres tu quien decide como funciona tu mundo
Así que haz lo posible para estar siempre tan a gusto

miércoles, 15 de septiembre de 2010

no quiero, te quiero

No quiero vestir de pajarita esperandote en el altar
De mi mente malherida que me quiere hipnotizar
No quiero ser compañero en la aventura de ese amor
Solo quiero que me quieras como a ti te quiero yo

Quiero ser la luz de tus pupilas
En tu boca una sonrisa
La alegria de tu corazon

Quiero poder curarte todas las heridas
Hacer mas bonita tu vida
Y disfrutar de todo tu amor

Solo deseo que en tu vida brille la luna
Y que la mia pueda seguir viviendo de esa sonrisa tuya
Que me ilumina como a la luna el sol
Una sonrisa en el corazon

verdades

En el fondo se que tu ausencia enferma mi vida
y en verdad no voy a volver a verte como te vi
Cuando entre nuestras palabras se cruzaba la alegría
Y por un segundo llegue a creer que estabas hecha para mí

No dejo de dedicarte versos desde el interior de mi sentimiento
Será que tus lejanos besos siguen anclados en mi razón de ser
Aunque siga pudiendo no verte en mi despertar a cada amanecer
Tal vez a mi corazón le queden fuerzas para llorar otro lamento
Tal vez sea mi cabeza la que ahora calma el sollozo de mi alma
Ahora que la luz del agua de tus ojos no refleja ya en mi sombra
Y se hace más larga y densa mientras van pasando días en calma
Como si tus caricias no estuviesen grabadas en mi desde entonces hasta ahora

El niño reia

Un niño reia junto a la orilla del rio cristalino
Un niño exhibía su sonrisa frente al agua
Sin darse cuenta de que le faltaba el cariño
Sin darse cuenta de lo que mas anhelaba

El niño reia pero en el fondo estaba llorando
En lo hondo de su alma lagrimas estaba derramando
Aunque al observarlo veas la luz en su mirada
Estaras viendo en el fondo la mirada derrotada

La mirada cansada de caer de nuevo al rio
Y dejar que la corriente lo arrastre con su brio
El rostro de la bondad que ni verse triste quiere
Para que una sonrisa en tu rostro pueda verte

jueves, 12 de agosto de 2010

Pequeño poeta castigado

Podrido por dentro, se ha arrancado la alegria de mi corazon
Aunque pense que nunca volveria a ser asi, vuelvo a tener razones para llorar
Aunque las olas de mi mar soplasen en una misma dirección
La tormenta cambio la marea y perdi de nuevo las ganas de volver a amar

Ojala seas feliz, ojala a ti te quieran, ojala tristeza nunca se te apriete
Al cuello como a este pequeño poeta castigado de gran fondo noble
Carta estandar como las que te dan los pajaros que tu cielo tiene
Ultimo papel escrito con mi pluma para ti antes que la esquina doble

Curioso es como a menudo confundimos el amor que nos ofrecen
Con la oscura tiniebla que en lo hondo de nuestra memoria perece
Curioso tambien ver como a menudo nos aferramos a las tinieblas
Para poder tener amor en nuestro loco interior sin querer perderlas

martes, 20 de julio de 2010

Temo

Por culpa del dolor que sufrí ayer

Hoy temo reflejar mis sentimientos en papel

Temo caer de nuevo en una trampa

Que me devuelva a la oscuridad

Temo ser victima de ideas falsas

Que no me dejen ver la verdad

Si mañana te tengo mirare hacia atrás y reiré

Pero si por querer tenerte pronto

La cuerda que nos una corto

Al mirar el otro extremo tan solo llorare

Seis días

Seis días paso hace tiempo mi corazón ensimismado

Seis días que fueron felices a tu lado


Seis mil veces rogué a mi alma que callase su llanto tras perderte

Seis mil dagas sentí en mi pecho por los seis mil errores que cometí

Pero tu voz floreció en mi cabeza y me enseño

A aprender de mis errores desde entonces hasta hoy

Cegado

Por muy oscura que este la noche siempre hay una luna que la ilumina

Le dice mi cabeza a mi corazon cuando la tristeza lo domina


Pero esta noche mis ojos se han cegado de oscuridad opaca

Sin dejar sitio a remedio para el mal que me ataca

Pues la luna no me muestra su radiante luz blanca

Y me deja abandonado ante la tiniebla que me mata

miércoles, 7 de julio de 2010

Te miro de nuevo

Cuando miro de nuevo tu foto siento que vuelvo a respirar

Pero dejaste ciego a mi corazón y ahora no puede más


Siento que te veo pero no puedo verte

Veo que ha pasado el tiempo de tenerte

Tengo que curar mis heridas y ser fuerte

Porque ahora ya se que nunca llegare a quererte


Aunque sigo muriendo cada vez que te veo

Ya solo te veo como un amigo ciego

Aunque sigo riendo para no llorar

Consigo así mantener la firmeza

Aunque sigo sin dejar de verte en mi cabeza

Ya no eres la imagen que me ayuda a despertar

Hasta siempre bella morena

No se de donde sale la fortaleza que necesito

Para soportar otro adiós de tus labios venido

No se como puedo volver a haberte perdido

Sin ni siquiera volver a haberte tenido


Cosas que no se y descubro entre tus sombras

Que me esconden de la luz de tus ojos perlas

Y me muestran esa cara que se me hace familiar

Mientras dices a mi alma que te vas a marchar


En tu rostro esta la fuerza para levantarme feliz cada mañana

En tu pelo la armonía del viento que me roza acariciando

En tus labios la miel que hace tiempo me endulzó el amor

Y en tus ojos cristalinos del azul de mil mares color

Se encuentra tu ternura, tu belleza y tu pasión


En mi llanto brilla una lágrima dentro del ojo abatido

Es la mas brillante de todas las lagrimas que he desprendido

Tardará mucho tiempo en deslizarse hasta mis labios

Y mucho más tiempo en convertirse en agua de mayo


Solamente el susurro entre tus labios y los míos

Puede parar el llanto que dice que te he perdido

Un susurro que se muere dentro de mi cabeza

Mientras una voz me dice recupera tu entereza


Quiero volver a ser el que yo antes era

Antes de que tus ojos mi cabeza maldijera

Hasta el momento que me di cuenta

Que no querías mis labios sino mi entereza


Hasta siempre bella morena si no te vuelvo a ver

Tu vida será feliz y plena como un amanecer

Tus labios volverán loco a otro pobre afortunado

Y la marca en mi corazón que tus labios han dejado

Será para mi por siempre tu mejor regalo

Postrado frente a la vida

Postrado frente a la vida

A veces se encuentra frustrado

A veces encuentra salidas

De tierra putrefacta y quemada

Y flores limpias y cuidadas


Sabe que somos polvo

Y que el polvo no vale nada

Guarda experiencias aprendidas

Pero no sabe que son mentiras


Quiere ver como tú ves el mar

Quiere sacarse a sí mismo su libertad

Ser libre de miedos en la noche oscura

Ser libre de errores cuando el sol apura

Su calor intenso en los días de fiesta

Chafado por las nubes a las que detesta

Postrado frente a la vida

Mira el tiempo pasar

Y piensa cuánto tiempo esta vida va a durar

Rosas

Mire adonde mire veo rosas

En los parques, en las plazas y en las cosas

En las miradas que cautivan por un segundo

Y después me dejan ver como me hundo


En mi sonrisa está la clave

Nunca dejare que desaparezca de mi cara

Por mucho que la tristeza a mi puerta llame

No permitiré que consiga borrarla


Las rosas amarillas, azules y blancas

Se agolpan en mi jardinera sin que sepa apreciarlas

Mientras mis ojos miran al infinito vacío

Buscando la rosa rosada que pido

Error que cometo sin querer decirlo

Que tengo un gran rosal y me falta cariño

Preciosa

La preciosa está triste en su trono de luz

La preciosa se peina su trenzada melena

Mientras mira el reflejo de una luna azul

Que la besa evitando el rebrote de su pena


Pobre preciosa agotada sobre su pena

Para cicatrizar las heridas de otros días

Para poder volver a repetir su condena

Cada vez que la luna de rosa la mira


Parece que preciosa vuelve a abrir sus ojos

Haciendo luz sobre la oscuridad de un tiempo

Puede que las estrellas le traigan otro

Y preciosa siga siendo en mi corazón sufriendo

Pienso

Pienso,


Pienso que siento sentimientos y al escribir

Siento que escribiendo solo pienso en ti

Amapola, ojos de cielo que me hacen subsistir

Que me llevan al infierno y luego me hacen sufrir


No puedo decir que te amo porque estaría mintiendo

No puedo decir que más no puedo quererte

Porque la coraza de mi corazón estaría rompiendo

Como ya hice una vez en un tiempo alegre

Que mi felicidad infantil acabó destruyendo


Que el camino borroso por fin se ilumine

Con un solo destello salido de tu mirada

Para ver si tu corazón hacia mí se dirige

O era una sombra la que me atraía

Una vez más

Una vez más me siento vacio

Una vez más doy marcha atrás

Una vez más cuando más la he querido

He jurado por siempre no volverla a amar


Una vez más recuerdo su cara

Y en ella no puedo dejar de pensar

Mientras recuerdo todo lo vivido

Y escucho en mi alma un hondo pesar

Mientras la pena se ahoga en mis venas

Y amenaza quedarse por siempre jamás

Una vez más todo mi cariño

se va con las olas al fondo del mar


quisiera poder encontrarle a esta historia

de forma mágica un feliz final

con besos, abrazos, y mucha ternura

que mi corazón usa para respirar

quisiera tenerte dormida en mis brazos

y ver tu mirada suavemente vagar

por el horizonte que cruzan mis manos

para no dejarte de tocar jamás

A la llegada del alba

Con un gesto te observo

Con una caricia me aturdes

Con tus ojos amanezco

Como las primeras luces


Mis besos te despiertan con la llegada del alba

Tu rostro me ilumina con su primera sonrisa

Siento tus latidos pegado a mi almohada

Y mi corazón me pide que te ame sin prisas


Imagino mi futuro cientos de veces

Cómo será al paso de las primaveras mi vida

Pero si no tengo a tu boca diciendo que me quiere

No podrá llamarse a lo que viva vida

Mi luna

Me siento despacio en medio de tanta oscuridad

Tan solo una luz tenue me intenta iluminar

De pronto un destello atraviesa mi pupila

Y contemplo sus luces como si fuese un mar


La reina de la noche se deshace de su manto

Y la suave brisa lo posa a su alrededor

Y en ese instante me muestra sus encantos

Y me deja fascinado con su enorme esplendor


Pasarán miles de noches y la vendré a ver

Pasaran miles de noches y la volveré a querer

Pasarán miles de noches pero nunca entenderé

Como puede ser tan bella y solitaria a la vez

Te esperaré

como ese niño perdido al abrazo de su madre

como la blanca luz de la luna a la caída del sol

como los pétalos de una flor la llegada de la primavera

yo esperaré a que me traigas de vuelta mi corazón


te lo quedaste el dia en que tus labios me besaron

se enamoró de tu sonrisa y de mi pecho se fugó

para quedarse contigo y volver a sentir tus manos

y esa sensación tan dulce que mi cuerpo acarició


aunque pasen mil años te seguiré esperando

aunque la luna se valla te seguiré amando

y aunque el mundo se acabe te juro mi niña

que jamás podré olvidar tus besos y caricias


te abriré mi corazón y lo sabrás todo de mí

tú cogerás mi mano y me harás por fin feliz

te escribo este poema y te lo canto desde aquí

como la fantasía en sueños de estar junto a tí